La licencia que tanto esperó la ‘startup’ Moon Express, por fin llegó, y lo hizo desafiando a cientos de empresas privadas que han querido incursionar en el espacio sideral, tal como reza su lema en su página electrónica oficial: “Por primera vez en la historia de los viajes espaciales, una empresa privada abandonará este mundo para explorar otro”.
Moon Express llevará a la luna varios experimentos científicos, incluyendo restos humanos cremados, así como el envío de fotografías y videos de la Tierra, según la compañía. Como parte del acuerdo, la NASA asesorará, pero no regulará las actividades de Moon Express en la superficie lunar.
El Gobierno de Estados Unidos otorgó el permiso, así como la Administración Federal de Aviación (FAA). Sin embargo, ambas instituciones, además de la NASA, tienen en sus manos otras iniciativas privadas espaciales como explorar yacimientos mineros en asteroides, reparar satélites u operar laboratorios científicos.
Hasta ahora las únicas empresas comerciales que han incursionado en el rubro han sido satélites; en lo absoluto, todo lo demás ha sido supervisado por la NASA.
Sin embargo, los legisladores encargados de emitir ese tipo de leyes deberán trabajar en un marco a largo plazo que ayude al gobierno de Estados Unidos a supervisar las misiones privadas, ya que estas empresas son cada vez más ambiciosas.
Cabe destacar que Moon Express necesita llegar a la Luna en 2017, y no precisamente por la urgencia de hacer su investigación científica, sino más bien porque es la fecha límite para ganar el premio Google Lunar X, un concurso internacional por haber enviado el primer vehículo de financiación privada a la superficie de la Luna. El concurso ofrece un premio de aproximadamente 30 millones de dólares.